martes, 22 de mayo de 2018

LOS NUMEROS NO MIENTEN SILVERIO PEREZ

Los números no mienten… pero

Los números no mienten, decía mi maestro de matemáticas en la escuela superior, y hablaba de aquellos grandes pensadores que nos legaron una ciencia que le permite a la humanidad entender mejor el mundo que le rodea. En el Colegio de Mayagüez, camino al bachillerato en Ingeniería Química, hice un “minor” en matemáticas y, por un profesor muy estricto, supe que algunos estudiantes “marroneaban” los números, esto es, les daban con un marrón, los manipulaban, hasta ajustarlos a los resultados que querían. Ahí entendí que los números no mienten, pero las personas sí, y si son políticos, aún más.
A diario nos ahogamos en un mar de números que aparecen en la prensa que en su estricta interpretación no mienten, nos revelan un retrato en alta resolución del Puerto Rico que vivimos. Si le dejamos a los políticos los manipulen, nos ahogaremos en esa realidad virtual creada por ellos.
Salió el primer informe del Índice de Desarrollo Humano para Puerto Rico, un esfuerzo quijotesco de una serie de profesionales serios que llevan años trabajándolo, y los números que ahí aparecen son lo suficientemente contundentes como para que sean el foco de discusión en todo el país. Eso no ha sucedido porque líderes políticos y comunicadores profesionales prefieren que no se sepa lo que muchos sospechan.
Hay buenas y malas noticias: En tres renglones de ese índice establecido por las Naciones Unidas en 1990, Puerto Rico está entre los 35 países más desarrollados del mundo y el primero en Latinoamérica con un promedio de .851. En salud -expectativas de vida- un .923, en educación -años en la escuela- un .866 y en ingresos per cápita .772. Si 1.00 es lo ideal, entonces podemos concluir que hay algo preocupante respecto a los ingresos, pues en ese renglón bajamos al lugar 60.
Un político preferiría no hurgar en ese aspecto porque al profundizar descubrimos que el telón de fondo es la Desigualdad, así con mayúsculas, esto es, el acceso a la riqueza entre ricos y pobres. En ese renglón, ¡agárrense de sus sillas! somos el 5to país más desigual del mundo. Y esto fue en 2013, sin que María nos hubiese pasado por encima. Las estrategias de desarrollo económico incorrectas han producido una sociedad donde el ingreso del 10% más rico es 33 veces más que el del 10% más pobre. De 2006 a 2012 los pobres perdieron el 30% de su riqueza, la clase media el 8% y muchos de los ricos se hicieron más ricos.
Cuando se aplica el renglón de la desigualdad al índice de desarrollo humano como variante, entonces caemos por debajo de Argentina, Chile, Venezuela y Costa Rica y bajamos al número 65 de los 187 países, una caída solo comparable con la de Irán. Los números siguen diciendo verdades: 475,000 niños bajo los niveles de pobreza, 186,000 mujeres viven solas y de ellas el 66% está entre los 60-90 años. El 52%, de las féminas gana menos de $20,000 al año y se nos vacía el país con la emigración.
Podríamos llenar páginas y páginas de números que nos dicen una sola verdad: Sin resolver el problema de la pobreza y la desigualdad no hay verdadero progreso humano porque no es lo mismo crecimiento económico que desarrollo económico. EL Plan Fiscal del gobernador, con el que parece concurrir ahora la Junta de Control Fiscal a cambio de eliminar derechos a los trabajadores del sector privado que la Ley 80 otorgaba, parece ir camino a aumentar esa Desigualdad.
No permitamos que estas verdades sigan ocultas, no entreguemos los números a la interpretación de los políticos. Mantengamos las estadísticas protegidas del marroneo que el político le querrá dar para ajustarlas a sus intereses electorales. Nos va la vida.