lunes, 29 de julio de 2019

EL GRITO DE MARIA QUE NOS PARIO LA PATRIA

El Grito de María que nos parió la Patria
Por Daniel Colón Ramos/ Científico y Catedrático en la Universidad de Yale y la Universidad de Puerto Rico
Decía el reconocido poeta palestino, Mourid Barghouti, que el poder podía medirse con el simple ejercicio de examinar la capacidad de las personas para escribir su propia historia. “Qué diferente sería la historia” decía, “si se contase, no desde la perspectiva de los colonos llegando a las Américas, sino desde la perspectiva de las flechas de los indígenas que la habitaban”. Si se quiere oprimir a un pueblo, no sólo hay que conquistarlo. Hay que también escribir su historia.
La historia de Puerto Rico, en su mayoría, se ha escrito en otras partes. Desde las históricas decisiones de dónde pertenecemos como ciudadanos, hasta las recientes decisiones de la Junta de Control Fiscal, hemos sido los protagonistas ausentes de importantes acontecimientos en nuestra propia historia. La escriben otros, muchas veces velando por sus intereses. Lo más que nos acercamos a la pluma de la historia es cuando cada cuatro años, en efusivo peregrinaje y con renovada fé, escuchamos atentos a esos mercaderes de esperanzas que llamamos “la clase política”. Hemos comprado sus cuentos con nuestros votos, y de ese cuento viven muchos. Y de tanto repetirlo, hemos internalizado que nuestros logros son gracias a otros, pero que nuestros fracasos como pueblo son netamente nuestros.
Con la llegada de María se vieron más claramente los logros y fracasos de nuestra sociedad puertorriqueña, y sus autores. Las fuertes lluvias le corrieron el maquillaje a la pantomima del aparato gubernamental, enfatizando feas muecas de corrupción e incompetencia. Pero si bien salieron cuentos de corrupción, también surgieron heroicas historias de autogestión. Si bien escuchábamos de los contratos de Whitefish, también aprendíamos de la autogestión del Pepino Power Authority, o la encomiable visión de renovación energética de Casa Pueblo. Leíamos noticias sobre desaparición de furgones, pero veíamos imágenes de compatriotas quienes se organizaban para enviar desde la diáspora aviones repletos de lo que fuese necesario. Escuchábamos al gobierno argumentar a brazo partido que sólo habían muerto 64 personas, pero también conocimos sobre la incansable labor de los científicos y periodistas quienes lograron revelar la verdad.
María desnudó a un país que no tuvo más opción que enfrentar las ineptitudes de la clase política y re-descubrirse dentro de la fuerza de sus propias comunidades. Se fue la luz, pero se vio con claridad. Con sus ráfagas descubrió, bajo la hojarasca, un pueblo escondido, y retoñaron banderas puertorriqueñas. En las islas o en la diáspora se forjó una identidad colectiva de resiliencia y creatividad en cara a la postración del ay bendito.
El pueblo cambió profundamente, pero no así la clase política. La revolución pacífica que ha surgido en las pasadas semanas es una consecuencia directa de ese despertar social en contraste con la incompetencia, falta de patriotismo y compromiso social de la casta que nos gobierna. Por eso fue que los gritos de renuncia vinieron mucho antes que los planteamientos de residenciamiento. Se dio cuenta el pueblo de que, como en María, no se puede esperar por líderes ausentes para actuar. En esta revolución, como en todas, quedó la clase política, en su mayoría, como inconsecuentes espectadores pasivos ante un pueblo que decidió escribir su propia historia.
Ha habido revoluciones antes en Puerto Rico, gritos definidos por dónde ocurrieron. Pero nada como el Grito de María, que no se puede definir geográficamente y tampoco queda claro cuándo terminará. Lo que sí se ve con claridad son los cimientos de lo que podría ser una nueva sociedad puertorriqueña, una sociedad de sobre 8 millones de ciudadanos alrededor del mundo, pero un mismo corazón latiendo en el Caribe. Y una sociedad con la pluma de la historia en la mano.
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Columnista

lunes, 22 de julio de 2019

LA NEGACION PSICOLOGICA Y POLITICA DE SILVERIO PEREZ


TRIBUNA INVITADA

Por Silverio Pérez
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La negación sicológica y política

Tras la histórica marcha de ayer, y llevo participando en marchas desde los setenta y nunca había habido una de tal magnitud, no tengo duda de que el gobernador Ricardo Rosselló está en negación. No podemos tomar esta afirmación superficialmente.
Cuando nos enfrentamos a una muerte inesperada se entra en un proceso de duelo cuyas primeras dos etapas son el shock y la negación. Rosselló ha experimentado una muerte súbita: en el accidente del telegram-chat murió el Ricardo nene-bueno, inocentón, servidor público, que con tanto esmero sus padres, él y sus encargados de medios cultivaron. Es una pérdida irreparable; no hay quien resucite a ese Ricardo, cuyo certificado de defunción tiene (hasta ahora) 889 páginas en un chat disponible al que lo quiera examinar.
El shock de la pérdida lo pasó en un crucero en el Mediterráneo, como corresponde a un niño de bien. La negación se apoderó de su ser al llegar a la isla. Se hizo de oídos sordos a la creciente ola de reclamaciones de que renunciaran, dentro y fuera de su partido, dentro y fuera de la isla, artistas de reconocimiento mundial, candidatos a la presidencia de Estados Unidos del Partido Demócrata al que pertenece y su compañera de papeleta en las pasadas elecciones Jennifer González. El consenso sobre la necesidad de su renuncia inmediata es histórico. Nunca antes un gobernante de nuestro país había logrado un repudio tan amplio de sectores políticos, religiosos y sociales. Los mensajes en las redes sociales desde cualquier lugar donde haya puertorriqueños, las protestas espontáneas en todo el país, masivas y diversas, son prueba de ese repudio. Pero Ricky, desde su primer mensaje a pocas horas de llegar, la conferencia de prensa ofrecida luego, y los comunicados, incluido el de la reacción a la marcha de ayer, se aferra a su negación como un náufrago a un salvavidas que solo es real en la imaginación de un moribundo.
Su inmadurez y falta de juicio, incapacidad para discernir, y desapego a la verdad, contribuyen a la negación. Llegó a decir que una investigación pagada por él lo ha exonerado. En cualquier país ya Ricky hubiese renunciado. En Puerto Rico el cálculo político, enfocado en las elecciones, como en Estados Unidos con Trump, hace que los políticos no hagan lo que les corresponde, sino lo que les conviene a sus intereses partidistas.
Los políticos del PNP y otros que hace años que son parte de la partidocracia criolla tradicional, están en negación. Hay acontecimientos que cambian un país y los políticos, encerrados en la burbuja de los aduladores, no se enteran. La investigación de los sucesos del Cerro Maravilla, y la crudeza del asesinato y encubrimiento desvelados, desgarraron la credibilidad de la oficialidad. El huracán María, y la secuela de irresponsabilidades e ineptitudes de agencias locales y federales, y la tragedia de los muertos no reconocidos, cambiaron nuestro país.
Ricky noacepta que vivimos una realidad política distinta de la de 2016. Entonces había 2.7 millones de personas mayores de 18 años hábiles para votar, de las cuales ejercieron su derecho 1.56 millones. El 42%, o 4 de cada 10 personas aptas para votar, se abstuvo, el más alto en la historia reciente. Rosselló obtuvo 660,510 votos, o sea, un 24.5% de las personas que podían votar. La marcha de ayer sobrepasó por mucho esa suma. Fueron jóvenes, en su mayoría, los que dijeron presente en la histórica manifestación.
Las grandes masas que han pedido el #RickyRenuncia se han movido, no porque un partido de oposición las haya convocado, pues ya no tienen ese poder, sino por la gente que ya está harta de políticos corruptos e ineptos. Partidos políticos tradicionales: pongan sus barbas en remojo y no compartan la negación de la que Ricky ha padecido por demasiados días. Ya nuestro país es otro, y ese otro país no aguanta extender este calvario por muchos días más.

domingo, 14 de julio de 2019

EL ALMA DE ROSSELLO POR BENJAMIN TORRES GOTAY DE EL NUEVO DIA



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El alma de Rosselló

¿No han deseado nunca secretamente la oportunidad de mirar por el agujero de una cerradura hacia dentro de una habitación, sin que los que están adentro sepan que están siendo observados, se quiten, por lo tanto, la máscara que muestran al mundo y se revelen como lo que realmente son?
Esa es la preciosa oportunidad que se le presentó a Puerto Rico con la filtración ayer de las 889 páginas de conversaciones del chat entre Ricardo Rosselló y sus más cercanos colaboradores. La revelación provocó una sacudida telúrica nunca antes vivida este país que desembocó con la fulminante desintegración anoche del círculo íntimo del gobernador, que está a esta hora solo y atolondrado, sin que parezca que haya entendido, todavía, la calle sin salida en que está a causa de sus enormes carencias.
Rosselló y once de sus allegados actuaban, en efecto, como si nunca fueran a ser descubiertos. Se quitaron las máscaras de hombres de bien. Abrieron las puertas de sus almas y, como de un baúl cerrado mucho tiempo, salieron los murciélagos, las sabandijas y la fetidez.
Colgaron del tendedero que creían que nadie veía la corrupción legal y la moral, el abuso del poder, el pisoteo del débil, la estrechez intelectual y de espíritu, lo vacuo del carácter, lo diminuto, lo traslúcido y lo liviano. Volaron como palomas la homofobia, la misoginia y la burla, la politiquería y la charlatanería.
Dieron al país estas personas el espectáculo más bochornoso que hayamos visto jamás desde una esfera oficial. Fueron lo que todo padre decente no querría jamás que fueran sus hijos: abusadores, superficiales, diminutos y corruptos. El viento alzó la falda del privilegio y dejó ver lo que hay debajo. Para citar a uno de ellos: ¡fo!
Todos los que todavía tenían puestos en el gobierno, menos tres, eran anoche gente desempleada y cubierta en ignominia. Los tres que se quedaron son Ricardo Llerandi, secretario de la Gobernación; Anthony Maceira, secretario de Asuntos Públicos de Fortaleza y Ricardo Rosselló Nevares, gobernador del Estado Libre Asociado.
De los primeros dos se puede decir que sus participaciones fueron breves y sin las vulgaridades de los otros. No se puede decir lo mismo del tercero, Rosselló, el gobernador. Si hubiera que señalar a un líder de esta pandilla, es este. Si tuviera que decirse que uno de ellos era el instigador, el guía, al que los demás se esforzaban por complacer, el que llevaba la antorcha del abuso, el que sentaba el tono charlatán en que se conducían las interacciones en ese espacio, es a ese, al gobernador.
El que podía poner orden, si estuviese en sus capacidades o en sus intereses, era Rosselló.
Los demás no nos interesan mucho. Publicistas, “estrategas”, alicates, ñames con corbata, toda esa fauna que gravita alrededor de poder, esos van y vienen. Casi nadie se acuerda de quién le doblaba las medias cuando se iba de viaje, a ningún gobernador.
Los gobernadores, en cambio, salen en los libros de historia. Se le ponen después sus nombres a edificios.
El gobernador en cuestión aquí, Rosselló se dejó ver de alma entera en el chat y el panorama no es bonito.
Allá venía Carlos Bermúdez, asesor de prensa, a hacer comentarios homofóbicos sobre diferentes políticos o insinuaciones indecentes sobre una periodista y ahí estaba el gobernador riéndole las gracias. Allá venían los adolescentes Ramón Rosario (de quien se dice, imaginen, que codiciaba una silla en el Tribunal Supremo) y Christian Sobrino a decirle “gatita” a Natalie Jaresko y ahí estaba el gobernador sin decir ni pío.
Ahí se le ocurrió al gobernador, como si todavía estuviera en el octavo grado del Colegio Marista, burlarse de un muchacho enfermo de obesidad mórbida, fanático de él según se dice, para burlarse de su condición. Ahí andaba el gobernador pa’ arriba y pa’ abajo con la palabra vulgar para referirse al órgano sexual masculino siempre en la boca, sobre todo para referirse a este periodista.
Ahí se burlaron de los muertos apiñados en el Instituto de Ciencias Forenses. Se burlaron de la muerte de los independentistas Carlos Gallisá y Marta Font. Se burlaron de la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, del senador Eduardo Bhatia y del exsenador Roberto Prats, a quien parece le tenían una saña especial. Le dijeron en palabras finas prostituta a la senadora del PNP Evelyn Vázquez.
El gobernador nunca dio un detente. Nunca quiso poner orden. Pasaban horas en relajos y cuando a veces, como por casualidad, se colaba un asunto importante de gobierno, lo despachaban rápido. En esos casos, solo Elías Sánchez, quien no es funcionario, sino cabildero, prestaba atención, quizás porque para eso estaba ahí, para identificar oportunidades de negocio para sus clientes, cosa que de seguro será del interés de las agencias federales que lo investigan.
El chat revela que al gobernador que venía a sacar a Puerto Rico de la quiebra y a traer la estadidad, el ingeniero bioquímico graduado de MIT, al doctor de la Universidad de Michigan, lo embobaban haciéndole creer que los sondeos fatulos por internet de los medios de comunicación tienen algún significado o importancia.
Se ponía contento y daba hurras cuando ganaba uno, gracias a las manipulaciones dirigidas por su publicista, Edwin Miranda, tal parece que con fondos públicos. Sacaba el gobernador 90% de aprobación en un sondeo de Radio Tontería y eso lo ponía súper contento.
En resumen, aquel muchacho que se vendió como la encarnación de todas nuestras aspiraciones, el que nos iba a llevar de su mano fulgurante hacia la tierra prometida, era en verdad un ser pequeño, superficial, abusador de vulnerables, cuya incapacidad para entender que ser gobernador no tiene que ver, como creímos muchos, con su nula experiencia laboral, sino con defectos fundamentales de su carácter.
Ayer, en pocas horas, se derrumbó lo que le quedaba de un gobierno que venía resquebrajándose por mucho tiempo bajo el peso de la incompetencia y la incapacidad. Perdió el apoyo de todo el mundo. Pero él no lo ha entendido. Cree que puede seguir. No acaba de ver que la trillita se acabó.
Ayer en la tarde, se le vio solo por el Jardín Hundido de Fortaleza, cabizbajo y meditabundo, mirando su celular. Quizás buscaba algún sondeo de internet que le devuelva la ilusión de que puede gobernar.

martes, 14 de mayo de 2019

MARIA de Salvador Santos

M a r í a (I)

Pinceles para el Evangelio, 10

  • 1. Exclusiva en privilegios

        Como si el hecho de ser mujer no bastara para otorgarle la máxima consideración, a la madre del Galileo le han asignado durante siglos privilegios exclusivos, títulos, honores, dogmas, apelativos, presencias y milagros de toda índole. Se la tiene por inmaculada, de extrema pureza, virgen, inmortal, asunta directamente al plano sobrenatural…
A ella se le dedican toda clase de actos religiosos: misas, cánticos, rosarios, novenas, triduos, oraciones. Bajo su amparo se han desarrollado órdenes religiosas, cofradías, patronatos, fundaciones. Con su fantaseada imagen se han fabricado medallas, escapularios, prendas bordadas, estandartes, colgaduras para balcones, capotes de toreros…
El mundo del arte se ha cebado en su figura. La han rejuvenecido, maquillado, embellecido, depilado; le han pintado ojos labios, mejillas; hasta le han hecho la manicura y la pedicura. Y la han vestido con trajes de princesa de colores pastel, con mantos y velos bordados en oro; la han recargado de anillos, pulseras, collares, broches, diademas de perlas y coronas de alto postín. Esculturas representándola llenan infinidad de lugares. Las hay de todos los tamaños, simulando todas las razas. Las pasean en romerías y procesiones por el campo, por el mar, por caminos rurales y calles de pueblos y ciudades… ¡El no va más!
Han idealizado de tal manera a este personaje que ni el mismo Galileo la reconocería.

  • 2. El riesgo de averiguar su verdadero perfil

        Tratar de salir de estas religiosas e intocables coordenadas en busca de su verdadero perfil supone avanzar contra una potentísima corriente. No resulta fácil y sí, muy arriesgado. Las masas, sustentadas en ancianas tradiciones, se echan encima de quien lo intenta. Sin embargo, merece la pena correr el riesgo y acometer la tarea de retirar títulos, honores, privilegios, dogmas, pinturas y vestidos si queremos dar con la mujer real cuyo nombre sí que no admite dudas. Se llamaba: MARÍA.

  • 3. Su nombre es MARÍA

        El nombre ‘María’ procede del hebreo MiryamSu significado se desconoce a pesar del más de medio centenar de hipótesis etimológicas planteadas. En el AT solo una mujer llevó este nombre, la hermana de Moisés y Aarón:
“Ella (Yoquebed, hija de Leví) le dio a Amrán tres hijos: Aarón, Moisés y María, su hermana” (Núm 26,60).
        Aunque nombrada en último lugar por la consideración de inferioridad de la mujer respecto al hombre en la mentalidad judía, el libro del Éxodo la presenta superando en algunos años la edad de Moisés (Ex 2,4-10). Los datos sobre ella son escasos. Al parecer sus ganas locas por hacerse notar la empujaron a querer igualar a su hermano. Así que le dio por presentarse como profetisa y primera voz del coro, pandereta en mano (Ex 15,20-21). No le cayó nada bien el casamiento de Moisés con una extranjera y, junto a Aarón, despotricaron contra él poniéndolo como chupa de dómine. Como a ella le sobrevino una lepra que la dejó algo descolorida (a Aarón, no), los autores del Pentateuco dedujeron que Dios la había castigado por haber puesto de vuelta y media a su hermano (Núm 12,2ss).Tal vez su mal recuerdo provocó que en el AT no figurara ninguna otra mujer con su mismo nombre.
Una vez en desuso la lengua hebrea e imponerse el arameo, el nombre de Miryam pasó a MaryamLa cercanía al arameo ‘mara’ (‘señor’), llevó a considerar el significado de Maryam como señora’ y esa pudo ser la razón por la que en ese periodo se hizo tan común el nombre de María.

  • 4. Las siete Marías del NT

        En el NT encontramos a siete mujeres con tal denominación: la madre de Jesús; María la Magdalena; María de Betania, hermana de Marta y Lázaro; María, la madre de Marcos, en cuya casa se reunía una comunidad en Jerusalén (Hech 12,12); María, la de Clopás (Jn 19,25); María, madre de Santiago el menor y de José; y una tal María, seguidora del proyecto del Galileo y distinguida por su servicio para la comunidad (Rom 16,6).

  • 5. Nazaret, donde vivía María, la madre de Jesús

        María, la madre de Jesús, pasó su vida en Nazaret, una minúscula aldea situada sobre una colina al sur de Galilea. Casi a medio camino entre el Mediterráneo y el mar de Galilea, Nazaret, aunque poblada desde tiempos de los patriarcas, pasó siglos desapercibida y nunca fue nombrada en el AT. Desde Nazaret podía verse a pocos kilómetros la capital de esta región, Séforis, incendiada por los romanos tras una revuelta a la muerte de Herodes en el año 4 antes de nuestra era. María, de pequeña, pudo observar desde la aldea cómo el ejército romano tomó por asalto la ciudad y la destruyó por completo.
Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la zona confirman que Nazaret contaba con alrededor de cien habitantes. Si calculamos una media baja de cinco miembros por familia, resulta que la aldea estaba constituida por unas veinte casas. Solo la familia de Jesús, formada al menos por ocho miembros, representaba un considerable porcentaje del total de habitantes de Nazaret. La población no disponía de otros servicios que las cuevas de sus alrededores.
El hecho de que los evangelios mencionen a Jesús enseñando en la sinagoga de Nazaret (Mc 6,1b-6; Mt 15,53-58; Lc 4,16-30) no supone que en la aldea hubiera un edificio religioso dedicado fundamentalmente a la enseñanza. El término ‘sinagoga’ (del verbo griego συνáγω: ‘sinago’ = ‘reunir’, ‘congregar’) designa a la asamblea del pueblo, que en sitios tan pequeños solía reunirse en uno de los lugares más amplios de la localidad, uno de los patios, por ejemplo. Por extensión, el término se usó más tarde también para denominar al edificio donde se celebraban estas reuniones.

  • 6. En la región de Galilea (gentil y violenta)

        La región de Galilea donde se asentaba esta pequeña población era menospreciada por la mezcolanza de sus pobladores. A partir de finales del siglo VIII antes de nuestra era, el reino del norte, Israel, fue conquistado por el imperio Asirio (II Re 15,29). Para no dejar rastro de los furores nacionalistas de sus habitantes, el rey asirio Tiglat Piléser III instauró una política de deportaciones y repoblación de las tierras conquistadas con gentes traídas de otras zonas ocupadas. De ahí que se hablara de: Galilea de los paganos:
“En otro tiempo humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles” (Is 8,23b).
        La mezcolanza de población en algunas ciudades de Galilea dio origen a que sus moradores fueran tenidos en menos por los habitantes de la provincia del sur, Judea. Los galileos, además, habían generado virulentas revueltas desde décadas anteriores al nacimiento de María con graves consecuencias para los rebeldes y poblaciones donde estos se atrincheraban. Ello condujo a que los oriundos de esa región norteña fueran considerados personas que llevaban la violencia en la sangre:
“Y siendo ambas tan grandes (Galilea-norte y Galilea-sur) y rodeadas de tantas gentes extranjeras, siempre resistieron a todas las guerras y peligros; porque por naturaleza son los galileos gente de guerra” (Flavio Josefo. Guerra de los judíos III,2).
         Vistos desde la religiosidad oficial, Dios no contaba con los galileos a la hora de buscar emisarios encargados de transmitir sus mensajes:
“¿Es que también tú eres de Galilea? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas” (Jn 7,52).
        El Mesías esperado no podría venir de Galilea, un lugar sin condiciones para albergar a tan importante personaje:
“¿Es que el Mesías va a venir de Galilea? ¿No dice aquél pasaje que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?” (Jn 7,41-42).
        Los galileos eran también despreciados por su acento y su incorrecta manera de hablar:
“Tú también eres de ellos, seguro; se te nota en el habla” (Mt 26,73).
        Galilea era lo último. Y para los habitantes de un pueblo cercano a Nazaret llamado Caná, la aldea de María era tenida como lo peor de lo peor:
“Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo:
–Al descrito por Moisés en la Ley, y por los Profetas, lo hemos encontrado: es Jesús, hijo de José, el de Nazaret.Natanael replicó:
¿De Nazaret puede salir algo bueno?”
 (Jn 1, 45-46).
        María había tenido la desgracia de nacer y vivir en lo más bajo, una aldea vulgar, birriosa y casi desconocida de ese despreciado distrito denominado Galilea.

  • 7. Condición femenina de María

        Y ¿qué decir de su condición femenina? En la cultura subyacente al Antiguo y Nuevo Testamento la mujer tenía una posición de manifiesta inferioridad respecto al hombre. El hombre estaba situado en la teoría y en la práctica varios escalones por encima. La mujer, supeditada a él. Este criterio general marcando diferente nivel entre uno y otra se trasladó a los orígenes para hacerlo derivar de la propia naturaleza. Las escuelas de autores del AT, todos hombres por cierto, achacaron sin escrúpulos esta desigualdad nada más y nada menos que a una decisión divina. No les tembló el pulso al escribir que la mujer fue ideada y creada para cubrir una necesidad del hombre:
El Señor Dios se dijo:
-No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle el auxiliar que le corresponde” (Gén 2,18).
Como los animales no alcanzaban el nivel humano (Gén 2,19-20), a los escritores del libro del Génesis se les ocurrió que la mejor fórmula para obtener un ser cercano al hombre consistía en que Dios hiciera a la mujer de las costillas del hombre. Al haber salido de él, este la reconocería y la admitiría como su adecuada pareja. A él le corresponderá ponerle nombre como manera sutil de demostrar quién ostenta la superioridad y a quién le ha caído encima estar a su servicio:
“El hombre exclamó:
¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será Hembra, porque la han sacado del Hombre” (Gén 2,23).

  • 8. Inferioridad de la mujer por decreto divino

        A los autores del AT hasta les pareció insuficiente esa posición de inferioridad de la mujer respecto al hombre. Y la convirtieron en inamovible siguiendo el método acostumbrado: Dios castigó a la mujer para siempre con esa condición subalterna. Este astuto procedimiento de establecer como sagrada una realidad impuesta a conveniencia del hombre impedía cualquier intento de remover dicha realidad. La mujer estaba de este modo bien amarrada y amordazada por los siglos de los siglos. Si la inferioridad de la mujer procede del mismo Dios, ¿cómo discutirla?, ¿quién se atrevería a modificarla?:
“…tendrás ansia de tu marido y él te dominará” (Gén 3,16).
        Por si no bastaba, el último precepto del Decálogo, la Ley Constitucional judía, consideró a la mujer como una propiedad del hombre:
“No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás los bienes de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey ni su asno, ni nada que sea de él” (Éx 20,17).
        Para quienes tienen el AT como conjunto de libros inspirados por Dios resulta impensable una lectura a la inversa: “No codiciarás los bienes de tu prójima, no codiciarás al hombre de tu prójima, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey…”. Ni siquiera hoy las religiones amparadas bajo el nombre de ‘cristianas’, a pesar de sus arreglitos practicados al Decálogo, han visto la necesidad de modificar este último artículo para declarar la igualdad entre hombre y mujer.
        En la cultura del AT y NT el hombre es el dueño y señor de la casa, de las personas y de todos los bienes contenidos en ella. La mujer vive a su servicio, a lo que él mande. La mujer está obligada por todas las prohibiciones de la ley, pero ella no puede reclamar sus derechos; su marido o su padre lo harán por ella. No tiene derecho a recibir la herencia. Su testimonio no vale en un juicio. Esposa e hijas lavan la cara, manos y pies del padre, cosa no permitida a ningún judío varón, ni siquiera siendo esclavo.
        La mujer cumple su objetivo en la vida con la maternidad. Se la valora por el número de hijos; no, de hijas. Los hijos aseguran el futuro de la rama familiar; las hijas se alejan al entrar a formar parte de otros núcleos familiares. La mujer actúa como vasija para el hombre. Cumple su función admitiendo que el hombre desahogue con ella sus apetitos sexuales. Está para eso. Su propio disfrute del sexo no se contempla. A ella le toca corresponder al hombre con la fertilidad. La esterilidad es una maldición siempre achacable a la mujer.
        Nacer niño era un privilegio. Nacer niña, un infortunio. El niño tenía múltiples posibilidades; la niña estaba limitada en su futuro. Ser niño suponía poder aprender a leer, actividad desaprobada para las niñas. Tener un hijo dejaba impura a la madre durante cuarenta días (Lev 12,2-4). Si concebía una hija, la impureza pasaba a ochenta (Lev 12,5-6) Al padre de las niñas recién nacidas le estaba incluso permitido abandonarlas a su suerte fuera de los muros de la ciudad. Si tenían la suerte de no ser destrozadas durante la noche por las alimañas, podían ser recogidas bien temprano por alguna caravana de comerciantes para venderlas pasados unos años como futuras prostitutas.

  • 9.María pertenecía al género sometido

        En este contexto vio la luz la que fue madre del Galileo. Tendrá la mala fortuna de pertenecer al género sometido. Le pondrán un nombre de lo más común, María. Hará su vida en un sitio casi ignorado, en una aldea insignificante, de lo último que se despacha en aldeas. Se ignora todo sobre sus padres y cómo fueron sus primeros años. Los únicos datos al respecto recogidos por la tradición fueron inventados varios cientos de años más tarde.
        Los nombres de las mujeres se escriben normalmente asociados a los del hombre del que son dependientes: padre, marido o hijos. Sin embargo, cuando en el NT se nombra a María, su nombre no aparece referenciado al de un hombre, ni siquiera al de Jesús. Nunca se dice: María la de José o la de Jesús.
        Unirse y tener hijos era la opción obligada por prescripción divina (“y les dijo Dios: Creced, multiplicaos…”; Gén 1,28). Quedar soltero era una rareza que marcaba a quién permanecía en esa situación. Ni en hebreo ni en griego hay un término que sirva para designar la unión en matrimonio. En el AT y en el NT se habla de un pacto. Tal pacto se situaba al margen del ámbito religioso. Ni siquiera se trataba de un asunto público. Era un hecho privado. El pacto se realizaba entre las dos familias. Los padres del novio buscaban novia para su hijo. Los padres del varón acordaban con los de la novia un precio para esta. Una vez pagado, el novio se convertía en dueño de la novia, aunque esta siguiera bajo el techo de su padre durante un año. Tan firme era dicho pacto que si la novia quedaba embarazada de otro en ese período se consideraba adulterio y la novia era castigada a pena de muerte por apedreamiento. Transcurrido este tiempo, la novia era llevada a casa del novio y allí se celebraba la fiesta de la boda y se consumaba el pacto.
        La edad mínima para hacer dicho pacto era de doce años para la novia y trece para el novio. Normalmente el trato entre padres se hacía antes de que la novia cumpliera los doce años y medio, pues desde esa edad se requería su consentimiento. En caso del novio, la edad normal para celebrar el desposorio estaba en torno a los dieciocho años.
        A partir de estos datos resulta fácil deducir que Jesús vio la luz según lo acostumbrado. No nació de una mujer, ¡sino de una niña! María rondaría entonces los catorce años. Se impone descartar ya la imagen de una mujer hecha y derecha junto a un cuarentón con cara de hombre poco espabilado y un bebé entre ambos. Esa representación queda muy bien para los belenes, teatrillos o películas de tinte religioso, pero nada tiene que ver con la realidad.

domingo, 14 de abril de 2019

El Seminario Conciliar de San Ildefonso de Francis J. Mojica Garcia, en Claridad

El Seminario Conciliar de San Ildefonso: Educación y cultura en Puerto Rico, 1832-2019

Por Francis J. Mójica García/Especial para En Rojo
El Seminario Conciliar de San Ildefonso, ocupado actualmente por el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, en el Viejo San Juan, está íntimamente ligado al desarrollo de la instrucción pública y la cultura en nuestro país. Su evolución puede dividirse en distintas etapas, en las que también se le fue conociendo con distintos nombres. Desde 1832, aunque con muchas dificultades, este edificio se convirtió en lugar muy importante para la vida social y cultural de San Juan. Fue lugar de estudio de cientos de jóvenes de toda la isla, pero también de otros que llegaron de Venezuela y Santo Domingo, Málaga y Barcelona en España. Se formaron aquí jóvenes que le rindieron bien a Puerto Rico, entre ellos: Manuel Alonso, Román Baldorioty de Castro, Alejandro Tapia y Rivera, Eugenio María de Hostos, Federico Asenjo, José de Celis Aguilera, José J. Acosta, José Vizcarrondo Coronado, José Severo Quiñones, Tulio Larrinaga, Cayetano Coll y Toste, Francisco del Valle Atiles y José Celso Barbosa. Evidentemente, no estamos ante cualquier edificio.
Fue este un anhelo de toda la comunidad. Proyecto del que participaron la Iglesia y el Gobierno Civil, junto a vecinos de San Juan y otras partes de la isla. También fue motivo para la construcción del Teatro Municipal, hoy Teatro Alejandro Tapia y Rivera, entre 1825 y 1832, uno de los más antiguos de Hispanoamérica. Así de importante es este edificio. Tal vez, su mayor importancia radica en que fue un logro colectivo al que incluso se le dio prioridad sobre el establecimiento de una universidad.
A esta casa de estudios se le conoció con distintos nombres a través del tiempo. Desde el siglo XVIII y hasta las primeras décadas del siglo XIX se habló de Colegio-Seminario, Seminario o Seminario Conciliar. A partir de su inauguración en 1832 se le conoció como Seminario Conciliar de San Ildefonso, y en el periodo en que estuvieron a cargo los Jesuitas (1858-1878) se conoció como Seminario-Colegio.
La primera etapa fue la del desarrollo de la idea y planificación para establecer el Seminario. Esta la comenzó el obispo Pedro de la Concepción Urtiaga (1706-1715) quien ya desde esa época proponía la fundación de un “Colegio-Seminario” para la formación de los sacerdotes, considerando incluso ubicarlo en el hospital Nuestra Señora de la Concepción, que estaba desocupado. El proyecto no se pudo llevar a cabo en ese momento.i Aunque ya, desde 1768, la Corona había exigido a las diócesis construir su seminario si no contaban con uno. El proceso lo inició Juan Alejo de Arizmendi quien fue obispo entre 1803 y 1814, pero fue el obispo Pedro Gutiérrez de Cos (1825-1833) quien logró llevar a cabo el proyecto con el respaldo del Cabildo de San Juan y el entonces gobernador Don Miguel de la Torre, luego de que el rey Fernando VII aprobara la petición que le enviara el 27 de octubre de 1827.ii Se construyó entre 1827 y 1832.iii La Sociedad Económica de Amigos del País le dio un gran respaldo desde el principio.
El terreno en que se construyó el edificio fue donado por el chantre de la Catedral D. Nicolás Rivera Quiñones para ese propósito específicamente.
Al disponer de sus bienes 9 años después, los dejó todos a beneficio de su alma y de los pobres “a discreción y arbitrio de… el actual diocesano”. Y el actual diocesano y confidente íntimo suyo era el obispo Arizmendi, quien destinó la casa y patio de su amigo para solar del Seminario, agrandándolo con la compra de los solares adjuntos, y sosteniendo sus derechos en un pleito que suscitara cierto vecino.iv 
La actividad educativa en el terreno y casa donada por el chantre comenzó a principios del siglo XIX como queda demostrado.
En las deliberaciones para escoger el lugar, fue decisivo el criterio del primer obispo puertorriqueño Don Juan Alejo de Arizmendi. Albacea de los bienes dejados por el difunto chantre Rivera Quiñones, destinó la casa y patio del mismo para ubicar allí el seminario, agrandando el espacio al comprar con fondos propios y ciertos réditos eclesiásticos los solares adjuntos. Ya en 1814 se ofrecían en dos salas de la casa mencionada clases de latín, después de hacer en ella algunos arreglos para facilitar tales actividades. En reunión celebrada por el cabildo el 14 de enero de 1813 se informa que el obispo estaba “… entendiendo en el edificio del Seminario Conciliar, que se hallaba muy adelantado…” Una lista de jornaleros pagados desde diciembre de 1814 a agosto de 1815 prueba definitivamente que ya se realizaban las primeras obras, siquiera de habitación provisional. Quién sabe si estas primeras dependencias se mantienen luego dentro del proyecto que se realiza más tarde.v 
Y más adelante el edificio se construyó con el noble y único propósito de servir como centro de enseñanza religiosa y de proveer un lugar donde se pudieran educar los pobres. Esto quedó demostrado desde el principio y por eso fue un proyecto que provocó gran interés.
El área está preparada, resta acopiar el trigo que ha de sembrarse, escoger el buen grano del que se esperan sazonados frutos. Resta elegir las personas que han de ocupar las becas y mantenerse de las rentas del colegio: jóvenes de buena índole, naturales de la isla… Con las mismas calidades serán admitidos los hijos de los ricos y pudientes, pagando sus padres en cada semestre una pensión que se computará con equidad.vi 
Durante gran parte del sigo XVIII los puertorriqueños estuvieron solicitando mejoras en la educación y el establecimiento de un centro de estudios en la isla, pero no tuvieron éxito. Fue Juan Alejo de Arizmendi quien comenzó a dar pasos concretos en esa dirección para establecer el Seminario. El principal reto para la construcción del edificio fue la adquisición de fondos. Por eso, desde 1803 el obispo, el deán, el archidiácono, el chantre, los canónigos y racioneros tuvieron que donar el tres por ciento de sus ingresos para la construcción del edificio.vii Tal era el interés de la comunidad que los vecinos también decidieron aportar. Miguel Xiorro, por ejemplo, dejó establecido que, a su muerte, las tres residencias que poseía en las calles Tetuán, Fortaleza y en la Plaza de Armas se alquilaran y las ganancias se donaran para su construcción. Otras personas del resto de la isla también aportaron económicamente. Además, el señor Manuel Rendón dejó establecido que, al morir, su residencia, ubicada en la calle Sol #38, se alquilara y las ganancias pasaran al Seminario.
Este ya producía beneficios para el país incluso antes de existir, pues buscando generar recursos económicos para su construcción el gobernador Don Migue de la Torre decidió edificar un Teatro Municipal y utilizar parte de los recaudos para levantar el edificio. Se recaudó dinero con las funciones que realizaba la Compañía de Actores Dramáticos.viii Para guardar los fondos recaudados se construyó un Arca de Tres Llaves. Inicialmente hubo una discrepancia sobre donde establecer la ansiada casa de estudios. Algunos proponían ubicarlo cerca de la Catedral, en la esquina que forman las calles San José y San Francisco, con el propósito de mejorar el área que se encontraba dominada por el cementerio. Pero prevaleció la idea de Juan Alejo de Arizmendi de establecerlo a lado de Palacio Arzobispal, en los terrenos donados por Don Nicolás Rivera Quiñones. 
A partir de este momento comenzó la segunda etapa en la historia de este edificio, la que podemos ubicar entre 1832 y 1858. Los cursos comenzaron el 12 de octubre de 1832 con 55 estudiantes, de los cuales 12 tenían becas de merced que se costeaban con los recursos donados por el vecino Miguel Xiorroix. Fue su primer rector Ángel de la Concepción Vázquez, quien residía en el edificio y ocupaba una habitación al lado de la puerta de entrada.x Comenzó el Seminario Conciliar de San Ildefonso con una Facultad de Teología y un Departamento de Segunda Enseñanza, en donde se impartían cátedras de latinidad, filosofía y teología.xi Este fue un periodo de cambios en la institución tanto en su planta física como en su plan de estudios.
El edificio tuvo una ampliación entre 1852 y 1856 para proveer habitaciones a profesores y estudiantes.xii Además, desde 1855 los estudios en el Seminario quedaron incorporados a los de las universidades españolas. Esto quiere decir que un estudiante graduado de esta institución podía continuar sus estudios universitarios en España o en Cuba. Para esto tuvo que cumplir con unos requisitos: seguir el mismo plan de estudios que se seguía en España, utilizar los mismos libros de texto, y enviar las listas de estudiantes y sus calificaciones a la Universidad de San Gerónimo de la Habana.xiii Sin embargo, la actividad educativa en el Seminario comenzó a decaer notablemente durante la década de 1850, lo que provocó que se exigieran reformas. Así lo hicieron los líderes religiosos y los gobernadores D. José Lemery y Fernando Cotoner. Estos solicitaron a la Corona que enviara cierto número de padres jesuitas para que se hicieran cargo del plantel y ayudaran a mejorar la enseñanza secundaria en la isla.xiv Durante este periodo se estableció en este edificio el primer laboratorio de física y química que tuvo la isla. Lo donó el Padre Rufo Manuel Fernández en 1844, pero el Cabildo Eclesiástico no lo aceptó, así que, estuvo en el edificio temporeramente en lo que consiguió otro local.xv Aquí se estableció también la primera cátedra oficial de inglés en San Juan en agosto de 1844, costeada por la Sociedad Económica de Amigos del País.xvi 
Es importante señalar que el Seminario tuvo la segunda biblioteca más importante de San Juan. Especializada en temas religiosos, esta comenzó a formarse en 1832 con la donación que hiciera el deán Don Juan Lorenzo de Matos y más adelante recibió donaciones de otros religiosos, incluyendo al obispo Pedro Gutiérrez de Cos y el obispo Pablo Benigno Carrión (1857-1871). Al dejar la institución a finales de la década de 1870, los Jesuitas se llevaron una buena cantidad de libros quedando la biblioteca con alrededor de 800 volúmenes.xvii 
Llegaron los Jesuitas a Puerto Rico porque el gobierno y la iglesia, tomando como modelo el Colegio Belén de La Habana (1852), quisieron que estos se hicieran cargo de la educación secundaria en la isla. Pero hubo muchos problemas para armonizar los intereses del Capitán General y el obispo Carrión. Mientras este último quería reforzar la enseñanza religiosa y que el edificio fuera solo seminario, el primero deseaba dar prioridad a la educación de todos los jóvenes para que no tuvieran que irse al exterior donde podían entrar en contacto con ideas revolucionarias. Ante la falta de un local adecuado se quiso establecer el colegio de los Jesuitas en el Seminario. Sin embargo, este exhibía terribles deficiencias que representaban un reto mayor: su funcionamiento era deficiente y tenía pocos alumnos, y los estudios que allí se hacían estaban mal organizados. Pero, tal vez, el mayor problema era el edificio, que no tenía suficiente espacio, ni estaba bien equipado. Los estudiantes, por ejemplo, compartían un dormitorio sin privacidad. Ante esa situación, decidieron establecer allí el colegio, pero realizando una serie de reformas. Llegaron a un acuerdo, pero el obispo mantuvo su participación en la admisión de seminaristas y el reclutamiento de profesores para las cátedras que no asumían los Jesuitas.xviii El Seminario-Colegio inició su primer curso en octubre de 1858 con 138 estudiantes, el doble que el curso anterior.xix 
Con la llegada de la Compañía de Jesús en 1858 comenzó su etapa de mayor esplendor. Estos le dieron mayor vitalidad al ahora Seminario-Colegio y dotaron a la isla de una educación secundaria mejor organizada. Pero no fue fácil porque de ese momento en adelante funcionaron en el mismo edificio dos instituciones: el Seminario y el Colegio de Segunda Enseñanza. Estos tuvieron que armonizar el funcionamiento de dos instituciones distintas en un espacio reducido. Los estudiantes del colegio, por ejemplo, no tenía que vestirse igual que los seminaristas ni participar de sus actividades.xx Los primeros en llegar a hacerse cargo de la institución fueron José María Pujol (Rector), Pedro Nubiola y Tomás Iraeta quienes arribaron el 2 de mayo de 1858.
Estos se enfrentaron a una situación compleja. Desde mayo de 1851 la institución podía otorgar el grado de bachiller en filosofía y se había aprobado en octubre de 1852 un plan de estudios. Además, desde 1854 sus cursos habían quedado incorporados a los de las universidades del reino y había que cumplir con unos requisitos. En ese contexto, también tuvieron que ajustarse a la reforma educativa que se impulsaba en España mediante la Ley Moyano del 5 de septiembre de 1857.xxi El profesorado también tuvo problemas de salud frecuentemente y eso le dio a la institución cierta inestabilidad en ese aspecto. A partir de 1863, no llegaron más jesuitas catalanes, desde entonces todos fueron vascos, castellanos y andaluces.xxii 
Además de hacerse cargo de un Seminario que ya funcionaba con múltiples problemas, también tuvieron que encargarse de la Iglesia de Santo Domingo, hoy Iglesia San José. Añadiendo a esta situación la falta de profesores y la deficiencia de muchos, pues no todos eran competentes. Lo que se traducía en una sobrecarga de trabajo para el poco personal.xxiii 
Desde principios de la década de 1850 el plan de estudios había comenzado a decaer. Circulaban las ideas revolucionarias por el Caribe y con la intervención del Capitán General este sufrió cambios.xxiv Los Jesuitas establecieron un Plan de Estudios Abarcador a la par con el que se seguía en España, a completarse en 5 años: (Primer año) Latín y Castellano, Historia Sagrada, Principios de Aritmética, Francés o Inglés; (Segundo Año) Latín y Castellano, Geografía, Principios de Geometría, Francés o Inglés; (Tercer Año) Latín, Aritmética y Algebra, Historia Universal y Griego; (Cuarto Año) Geometría y Trigonometría, Historia de España y Griego; (Quinto Año) Psicología, lógica y ética, Física y Química, Historia Natural con elementos de fisiología humana. Los cursos de teología se limitaron a 4 como en los seminarios de España.xxv 
Los Jesuitas tuvieron que abandonar el Seminario en 1878. El Obispo Juan A. Puig Monserrat (1872-1894) entendió que la institución se había alejado de su objetivo principal de formar sacerdotes y les solicitó que abandonaran el edificio. Olvidó dicho obispo que desde su fundación también tenía la misión de proveer educación gratuita a los desventajados. Hasta ese momento la actividad académica y cultural en el edificio había tomado un gran impulso y la formación religiosa había quedado en un segundo plano.xxvi Es importante resaltar que debido al aumento en la cantidad de estudiantes se utilizaba la Iglesia San José para las actividades. A su salida, la institución contaba con un buen laboratorio de Física y Química y, desde 1865, con un museo donde se exhibían objetos indígenas.xxvii Entre 1858-1878 el Seminario-Colegio graduó 221 jóvenes con título de bachiller y llegó a tener hasta 138 estudiantes matriculados. Quedó solo con 35 alumnos, dedicados al sacerdocio, al salir los Jesuitas.xxviii En el período en que estuvieron a cargo los jesuitas (1858-1878) el promedio de estudiantes por año fue 140, llegando a tener 238 estudiantes en el último curso (1877-1878).xxix 
A partir de 1878 comenzó una etapa en la que el Seminario se dedicó solo a la formación de sacerdotes, bajo la dirección de los Padres Paúles. En el 1900 el obispo Jaime Blenk (1899-1906) lo cerró por falta de recursos, pero en 1915 el obispo Guillermo Jones lo reactivó nuevamente bajo la dirección de los Paúles. Duró hasta 1948 cuando el obispo Jaime Davis lo trasladó a Aibonito. Inmediatamente el local fue ocupado por el Colegio Santo Tomas de Aquino (1948-1972). Sin embargo, debido al mal estado en que se encontraba, fue clausurado en 1972. El edificio permaneció en ruinas y su patio se había convertido en basurero, hasta que fue restaurado entre 1984 y 1986 por el Dr. Ricardo E. Alegría. Obra que comenzó con cerca de $225,000.00 que pudo recaudar. Devolviéndolo así a la vida cultura y académica.xxx 
En 1986 el Seminario Conciliar de San Ildefonso se convirtió en sede del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, recobrando su esencia como centro de la actividad social y cultural de toda la zona. Igual que el Seminario de 1832, nació el Centro de Estudios Avanzados como un anhelo del Dr. Alegría, y los que con el colaboraron, para servirle bien al país. Ofreciendo, entre otras cosas, acceso a una biblioteca pública única en su clase, especializada en recursos relacionados a la historia y cultura de Puerto Rico y el Caribe. Don Ricardo se inspiró en el estilo de la biblioteca Palafoxiana para desarrollar la del Centro.xxxi Así se conoce la biblioteca donada por el obispo de Puebla en México, Juan de Palafox y Mendoza en 1864, y establecida como biblioteca pública a partir de 1773. Tiene el edificio una capilla decorada en 1858 por el italiano Giovanni Caballini, y restaurada por el mexicano Alfonso Hinojosa c1984.xxxii En la hermosa biblioteca se puede apreciar un mural del artista español Rafael Seco que se hizo durante la restauración del edificio. Acá tiene el pueblo de Puerto Rico las puertas abiertas y acceso a un edificio que le pertenece.
Es el Seminario Conciliar de San Ildefonso un lugar especial. Desde antes de su fundación está vinculado a los anhelos más profundos de esta comunidad, que son aquellos relacionados a su educación y cultura. Pilar de la enseñanza púbica en Puerto Rico, es parte del patrimonio del pueblo puertorriqueño y como tal debe estar accesible a todos(as). Eso fue lo que hizo el Dr. Ricardo E. Alegría al restaurarlo, permitir que cada puertorriqueño(a) tuviera la oportunidad de disfrutar de esta joya.xxxiii Acá tenemos todas las semanas investigadores, profesores, escolares, turistas y vecinos que han hecho de esta su casa y lugar obligado a visitar en el Viejo San Juan.

domingo, 17 de marzo de 2019

La contaminación se ha convertido en una amenaza para la especie humana

La contaminación se ha convertido en una amenaza para la especie humana

Provocará millones de muertes prematuras a mediados de siglo en Asia y África


La contaminación del agua, del aire y los desechos químicos amenazan la integridad de los seres humanos y su capacidad para reproducirse, así como provocará millones de muertes prematuras a mediados de este siglo en Asia, Medio Oriente y África.






Si no se aumentan drásticamente las protecciones ambientales se producirán millones de muertes prematuras a mediados de siglo en ciudades y regiones de Asia, Oriente Medio y África, advierte el informe Global Environment Outlook 6, realizado por un equipo de 250 científicos y expertos de más de 70 países, y publicado con ocasión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente que se celebra esta semana en Nairobi, Kenia. 

El riesgo de muertes prematuras se debe a que la resistencia antimicrobiana se convertirá en una de las principales causas de muerte debido a la contaminación del agua, y a los disruptores endocrinos, productos químicos que alteran el equilibrio hormonal de los humanos, que afectarán la fertilidad masculina y femenina, así como el desarrollo neurológico infantil. 

El informe añade que mundo tiene a su disposición la ciencia, la tecnología y las finanzas necesarias para encaminarse hacia el desarrollo sostenible, pero que aún falta un mayor esfuerzo de líderes empresariales y políticos que se “aferran a modelos obsoletos de producción y desarrollo”. 

“La información científica es clara. La salud y la prosperidad humanas están directamente relacionadas con el estado del medio ambiente. Este informe construye una perspectiva de la humanidad: nos encontramos en una encrucijada. ¿Continuamos por nuestra ruta actual, que nos llevará a un futuro sombrío, o escogemos el camino del desarrollo sostenible? Esa es la elección que deben hacer nuestros líderes políticos, ahora", aseguró Joyce Msuya, directora ejecutiva interina del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), editor del informe. 

Cero residuos 

El informe sugiere pasar del modelo de desarrollo de “crecer ahora, limpiar después” a un modelo económico de “cero residuos”, la llamada economía circular, para el año 2050. 

Si los países destinan a las inversiones de medio ambiente un 2% de su PIB, producirían un crecimiento a largo plazo tan alto como el que se proyecta actualmente, pero con un menor impacto en el cambio climático, la escasez de agua y la pérdida de ecosistemas. 

El informe señala también que el mundo no está en vías de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ni para 2030 ni para 2050, y que se necesitan medidas urgentes, ya que también se encuentran en peligro las metas del Acuerdo del París, y el progreso podría ser revertido. 

Entre las medidas recomendadas por el informe figura el fomento de dietas con menos carne, y reducir el desperdicio de comida. Actualmente, el 33% de los alimentos del mundo se desperdicia, y el 56% se genera en los países desarrollados. Si esto no cambia, será necesario aumentar la producción de alimentos un 50% para satisfacer la demanda de entre 9.000 y 10.000 millones de habitantes del planeta en 2050. 

Otra medida es invertir estratégicamente en las áreas rurales para reducir la migración, y tomar ventaja de la creciente urbanización para aumentar el bienestar de los ciudadanos y disminuir su huella ambiental a través de mejores prácticas de gobernanza, planificación de uso de la tierra e infraestructura verde. 

Asimismo, hay que frenar la marea de 8 millones de plástico que llegan a los océanos anualmente, un problema que aunque ha recibido atención mundial, aún no cuenta con un acuerdo global para abordarlo.

Utilizar los avances 

El informe asegura que ahora existen mejores estadísticas ambientales y técnicas de recopilación, en particular en el campo de los datos geoespaciales, y esto representa un gran potencial para el impulsar el conocimiento a través de los grandes datos y la cooperación entre aliados públicos y privados. 

"El informe muestra que ya existen políticas y tecnologías para diseñar nuevas vías de desarrollo que eviten los riesgos, y generen salud y prosperidad para todas las personas. Lo que falta actualmente es la voluntad para implementar políticas y tecnologías a una velocidad y una escala suficientes”, dijeron Joyeeta Gupta y Paul Ekins, copresidentes del proceso de realización del informe. 

Según los autores, las medidas políticas que abordan sistemas completos, como la energía, los alimentos y los residuos, en vez de crear problemas específicos como la contaminación del agua, pueden ser mucho más efectivas. 

“Por ejemplo, un clima estable y un aire limpio son resultados interconectados; las medidas de mitigación climática para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París costarían alrededor de 22 billones de dólares, pero reducir la contaminación del aire traería beneficios acumulados para la salud de hasta 54 billones”, afirma el informe.