sábado, 15 de octubre de 2016

LA CANDIDATURA DE TRUMP Y SUS EFECTOS EN EL CEREBRO DE SUS SEGUIDORES

LA CANDIDATURA DE TRUMP Y SUS EFECTOS EN EL CEREBRO DE SUS SEGUIDORES
EL FENÓMENO TRUMP Y PUERTO RICO


El Dr. Bobby Azarian logra identificar las causas de esa devoción tan particular que le tienen a Donald Trump sus seguidores. Para ese logro tan contundente provee una explicación neurológica que resume en su artículo titulado “A neuroscientist explains what may be wrong with Trump supporters’ brains.” y publicado en la Revista RAWSTORY con fecha del 4 de agosto del 2016.


La primera explicación neurológica ocurre por el efecto Dunning-Kruger. Este se observa en los simpatizantes de Trump en la medida que desconocen la mentira detrás de sus argumentos.Tampoco se percatan de su propia incapacidad para entender en estos asuntos. Es decir que son doblemente ignorantes: ignoran la envergadura del asunto político que Trump les presenta e ignoran su propia incapacidad intelectual para entender este asunto. Es decir que los seguidores de Trump sencillamente aceptan como ciertas todas sus afirmaciones por más falsas que sean porque no tienen siquiera juicio potencial y real para percatarse de la falsedad de lo que se les presenta.


La segunda explicación tiene que ver con la misma sensibilidad de las personas conservadoras ante la amenaza social. Presentada una situación socialmente ofensiva, como puede ser el ilegal cruce de mejicanos por la frontera, el sujeto reduce su ansiedad consintiendo con Trump. Esta es la de edificar un gigantesco muro fronterizo con México. Posterga el sujeto a la vez el uso de su propio juicio. Insiste el autor que esta condición de hipersensibilidad es neurológicamente verificable en personas conservadoras en momentos de acoso personal o social, sensibilidad tan grave que ciega el juicio del individuo y devuelve su organismo primitivo a una parálisis protectora traducida en sumisión a Trump.


La tercera responde a la teoría del manejo del terror. El temor a la muerte es el elemento clave de esta teoría. La concienciación de la muerte es la que despierta Trump. Y crea terror existencial en sus seguidores. Esta es la percepción de la muerte inminente. Este mismo terror existencial es a la vez creador de religiones, ideologías e identidades nacionales a manera de placebo mitigador de la ansiedad ante la muerte. Estas le dan sentido a la vida.


Conforme esta teoría, mayor será la conciencia étnica, religiosa o patriótica mientras mayor sea la presentación de elementos que produzcan temor ante fuerzas extrañas que acosen a sus seguidores. Esta elevada existencia de temor o terror es mayor en personas conservadoras debido a la misma hipersensibilidad biológica de su sistema nervioso central.


La cuarta explicación atiende concretamente el tema de la elevación de los niveles de atención en el contexto del debate verbal entre Trump y su adversario. Trump la superaba sosteniendo la atención de la concurrencia por períodos más largos. También se observó una mayor inflexión emotiva durante sus intervenciones.


Azarian entiende que la adicción cultural de la población general por el entretenimiento y el reality TV le da ventaja a Trump sobre Hillary. Trump demostró ser más histriónico que su contraparte. Esta destreza le permitió superar a su rival sin importar el contenido del discurso. La prestación de la atención de los contenidos televisivos no se miden por la calidad de los mismos sino por el grado de alteración fisiológica-cerebral y de la intensidad de la conmoción del televidente frente al estímulo. De aquí que Trump le lleva la delantera a Hillary.


COMENTARIOS


Definitivamente que el doctor Azarian pinta una interesante cerebrografía de los seguidores de Donald Trump. Parecería ser que se trata en el fondo de una muy antigua condición mental que permanece relativamente dormida en no pocos individuos y que se activa dadas ciertas condiciones. El Sr. Trump, candidato a la presidencia de Estados Unidos, resulta ser también el elemento capacitador de estos individuos.


Esta condición aparentemente ataca en forma fulminante a individuos identificados ya por Azarian como conservadores. También los ubica con la derecha política en Estados Unidos.


La historia conoce de personajes como Trump. Y no son pocos. Basta con mencionar a Pinochet en Chile, a Hitler en Alemania y a Mussolini en Italia. Ellos, sabemos, conocían y utilizaban de los mismos mecanismo de oratoria usados por Trump. Aquí en Puerto Rico nuestra política funciona así, con líderes políticos que vienen actuando como Trump desde hace años. Por otro lado siempre ha habido numerosos fanáticos que son torpes de entendimiento, con cerebros hiperactivos y propensos al fanatismo no solamente político sino también religioso. Nuestra cultura no sería nuestra sin que en tiempo de elecciones se haga el recorrido enloquecido de caravanas políticas, carretera arriba y abajo, partido tras partido, con música y estribillo estridente, con el firme propósito de estremecer nuestros cimientos cerebrales por nuestras vías auditivas.


La breve historia del Sr. Trump viene a ser un lamentable despertador de nuestra conciencia política ya prestada al ELA perfumado desde hace varias décadas. Nos recuerda los tiempos en que la inteligencia americana asumió el mando en Puerto Rico contra la presencia de elementos pro independencia. Poco a poco intentaron apabullar nuestro legítimo reclamo por la libertad. Recuerdo a tantos puertorriqueños hablar del miedo de que pudiera instaurarse una república en la isla, temores que han sido instalados en nuestro repertorio de fobias por seguidores de la política más conservadora de Washington aquí en Puerto Rico. Se ha llegado al extremo de que en nuestra propia cultura la palabra república significa una regresión a la inferioridad política.

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