sábado, 16 de marzo de 2013

AMNESIA COLECTIVA SOBRE PASADO DE RATZINGER


Amnesia colectiva

JJ Tamayo
Este artículo fue ya citado en un hilo el viernes pasado. Pero, por un error, no nos llegó ni lo encontramos en El País. Como Redes Cristianas, donde lo vimos por fin, no tiene posibilidad de comentarios lo reproducimos aquí hoy. Y para vencer la amnesia sobre la historia de los papas, recomendamos este interesante coloquio de ayer por la tarde en la SER: en La Ventana Carles Francino sobre historias de los papas, a partir de una novela sobre el papa Formoso 891-896. ¿Ponía el Espíritu Santo a esos papas en la sede de Pedro?.
Benedicto XVI fue elegido papa en abril de 2005 con 78 años. No se vio como algo atípico cuando lo era o lo hubiera sido en cualquier institución viva y activa. El anuncio de su dimisión, a punto de cumplir 86 años, empero, ha provocado, amén de una sorpresa generalizada, un alud  enfervorizado y enfebrecido de elogios, loas y parabienes de toda las sectores políticos y religiosos, empresariales y financieros, y de todas las tendencias ideológicas, desde los conservadores, pasando por los centristas, hasta los progresistas, que son quienes más encomiado la decisión papal. Los medios de comunicación de todo el mundo y de todos los colores ideológicos, incluso los más laicos,  se han sumado a este coro de discursos ditirámbicos pro-papales en un gesto de cuasi-unanimidad que no se había producido durante los casi ocho años de pontificado del cardenal Ratzinger.
Lo inesperado de la noticia ha provocado un deslumbramiento mental y sentimental en el imaginario social y en no pocos sectores críticos del catolicismo, que, repentinamente, han echado un tupido velo sobre su pasado episcopal, desde que fuera nombrado arzobispo de Munich, y papal, durante sus años de pontificado. El cierre de filas en torno al anciano papa y el reconocimiento a su labor se han convertido en un ejercicio de amnesia colectiva y de absolución general sobre los 36 años de poder que ejerció autoritariamente sin apenas épocas de armisticio. Su dimisión se ha presentado como una decisión normal justificable por la edad avanzada y la salud quebrada, que le absuelve de todo lo que hizo anteriormente. Y si se hace memoria de su pontificado, es  muy selectiva, teológica, evangélica, política y eclesialmente.
Por muy olvidadiza que sea la memoria colectiva –en este y otros muchos casos- hay cosas que no pueden colgarse en el perchero del olvido. No se puede olvidar la actitud inquisitorial del cardenal Ratzinger y de Benedicto XVI con sus colegas, los teólogos y las teólogas, desde que se hizo cargo del ex Santo Oficio, hasta su jubilación. Durante ese tiempo -más de seis lustros que, para algunos han sido una eternidad- juzgó, condenó, impuso silencio, censuró, expulsó de las cátedras, cesó como directores de revistas de teología o de información religiosa, suspendió a divinis, eliminó la libertad de cátedra, limitó la libertad de investigación, impuso su teología como pensamiento único, e incluso llegó a excomulgar a colegas por lo que subjetivamente creía eran errores y, laminó el pluralismo teológico con el consiguiente empobrecimiento para la teología.
Durante estos años ha humillado a las mujeres –mayoría en la Iglesia católica-, a quienes ha seguido negando la voz y el voto, les ha cerrado las puertas de acceso al sacerdocio, les ha negado los derechos sexuales y reproductivos, les ha impedido asumir puestos de responsabilidad, les ha impuesto una moral sexual represiva, no les ha permitido entrar en el ámbito de lo sagrado, las ha declarado en rebeldía y amonestado severamente –como en el caso de las Religiosas Norteamericanas- por seguir la voz de la conciencia y comprometerse con los empobrecidos. Las  mujeres han sido utilizadas, en fin, como sirvientas. Así seguirá tratándolas en su retiro el papa emérito Benedicto XVI, que tendrá a cuatro religiosas a su entera disposición. ¡Final patriarcal para el papa y humillante para las mujeres!
Juan José Tamayo es director der la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid. Su último libro esInvitación a la utopía (Trotta, 2012)

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