domingo, 17 de mayo de 2015

NUEVAS IMAGENES DE DIOS

Nuevas imágenes de Dios

Jesús Gil
*(Leyendo al obispo anglicano Spong)
Tanto los creyentes como los no creyentes piensan que Dios es un Ser Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, que domina el universo, Juez Supremo de las personas, premiador de los buenos y que castiga a los transgresores de sus mandatos, que habita en el cielo y que promete a sus seguidores la salvación eterna en los cielos. El ser humano proyecta sobre Dios aquello de lo que adolece y las cualidades que desearía poseer: omnipotencia, dominio sobre el mundo, las personas y los seres del universo, habitar en un lugar fascinante y vivir eternamente, Es una imagen antropomórfica de Dios.
El carácter personal atribuido a Dios es nuestro propio carácter personal, proyectado sobre Dios. ¿Pero no es Dios el totalmente Otro, el diferente al ser humano, infinito, justo y la eterna bondad? Esta es la imagen teísta de Dios. ¿Será posible prescindir de esta imagen de Dios construida según un perfil humano, y buscar unas nuevas imágenes alejadas del teísmo? Es lo que pretende el obispo Spong, según señala en su libro:
“Si pudiéramos conseguir dejar el teísmo de lado, quizás se abrirían ante nuestros ojos otros caminos para estudiar a Dios… Si las analogías humanas que habíamos proyectado sobre los cielos nos habían llevado al caos, quizás deberíamos examinar aquellos aspectos de la experiencia humana que nos hacen ir más allá de los límites normales, o hacia horizontes nuevos. Tal vez sea posible presentar la experiencia cristiana en imágenes no teístas” (p 66)
Hoy esa imagen de Dios no se resiste por más tiempo, “Somos testigos de la muerte de Dios, del Dios que hemos conocido”, dice el obispo. El Dios del teísmo ha muerto y quizás no pueda resucitar. Hemos de buscar nuevas imágenes de Dios más acordes con la realidad, alejadas de las proporcionadas por el teísmo reinante en la tradición creyente.
Una primera aproximación a este intento de salir del teísmo aplicado a la imagen de Dios nos lo proporciona el Primer Testamento, utilizando unas palabras hebreas. El nombre propio de Dios en el Primer Testamento es en hebreo Yhwh (Yahweh), “Yo soy el que soy”, son palabras que expresan seguramente la realidad del ser divino y de su actividad. Para nombrar a Dios se emplea la palabra Ruah (viento, soplo), como soplo de Dios, en cuanto fuerza vigorizante, dadora de vida. Otra palabra aplicada a Dios fue Nephesh (aliento), como fuerza que brota de cada ser, aliento idéntico a la vida. Y también se emplea la palabra Roca, como imagen impersonal aplicada a Dios, que es mi roca, mi fortaleza, mi libertador (Salmo 18)
“Si algo tan impersonal como el viento, nuestro aliento, o una roca podían ser usadas por nuestros antepasados como imágenes de Dios, seguro que nosotros podremos ser más valientes y abandonar nuestras imágenes personalistas, y empezar a considerar nuevos significados y figuras retóricas radicalmente diferentes en nuestra búsqueda de Dios” (Spong, p. 71)
Un segundo intento lo encontramos en los místicos.”Dios está siendo en mi ser y es el ser de todos los seres. Mi yo es Dios” (M. Eckhart). La dimensión mística reconoce que todos somos parte de Dios y Dios es parte de lo que somos. Dios es el ser fundamental con el que compartimos nuestro ser. Para ellos Dios se encuentra en las profundidades de la vida llamando a toda la creación a la transcendencia. “Toda la creación es capaz de revelar este Uno divino desde las profundidades de su propio ser” (Spong). La vida misma es una revelación de Dios que surge de las profundidades de la vida. Toda persona es capaz de ser teofanía, signo de la presencia de Dios.
Recientemente teólogos y pensadores han continuado con esta búsqueda de imágenes no personalistas de Dios. Se ha hablado de Dios como el “totalmente Otro” (Barth, Otto); Dios es “el Gran Compañero, el que sufre con nosotros y nos comprende” (Whitehead); como el núcleo esencial y la base fundamental de todo lo que es, el “Centro de todo Ser, la Base del Ser, el Fundamento del Ser” (Tillich); asimismo se habla de Dios como dador de vida, fuente de vitalidad: y también como Amor que es fuente de vida, recordando la definición de Dios que realiza Juan (1 Jn 4, 8.16) cuando dice que Dios es Amor. Dios se hace presente, acontece, allí donde acontece el amor (A. Torres Queiruga)
“Este Dios no sería un poder teísta, un ser entre seres, cuya existencia podríamos debatir. Este Dios no sería el tradicional divino hacedor de milagros, un mago, un repartidor de premios y castigos, bendiciones y maldiciones. Tampoco el super-padre celestial y caprichoso que a ratos nos consolaba, escuchaba nuestros gritos y era el Señor tapagujeros, mientras dejaba que otros tuvieran que aguantar su sufrimiento hasta el final en un mundo radicalmente injusto” (Spong, p. 74).
Se impone, por lo tanto, hacer un esfuerzo para buscar imágenes nuevas de Dios, diferentes del Dios teísta del pasado. Imágenes de Dios no como un ser externo a la vida, sino de Dios como el ser fundamental con el que compartimos nuestro ser. A esta búsqueda nos ayuda el obispo Spong, concretando tres imágenes: Dios como el Fundamento del Ser, como Fuente de la Vida y Fuente del Amor. No se trata de imaginar un Dios como un poder divino externo, sino como centro infinito de todas las cosas, y como plena expresión de nuestra humanidad. Dios como Fundamento del Ser, que nos llama a ser todo lo que uno puede ser; como Fuente de la Vida, que nos invita a vivir en plenitud; y como Fuente del Amor, que nos impulsa a amar abundantemente.
Finalmente así resume el obispo anglicano estas nuevas imágenes de Dios:
“El Dios que es la Base del Ser, no se puede poseer. Dios es una presencia universal que permea toda la vida. Dios no bendice ni maldice a ciertos individuos dependiendo de unas reglas de conducta impuestas. Dios, la fuente de la vida, nos llama a todos a vivir plenamente. Dios, la fuente del amor, nos llama a todos a amar generosamente. Dios, la Base del Ser, nos llama a todos a tener el valor de ser nosotros mismos. Así que cuando vivimos, amamos y tenemos el valor de ser, estamos comprometidos de un modo sagrado, engrandecemos nuestra humanidad, y rompemos nuestras barreras” (Spong, p 225).
*J. Sh. Spong. Por qué el cristianismo tiene que cambiar o morir. Editorial Abya Yala. Quito. Ecuador 2014

10 comments to Nuevas imágenes de Dios


  • George R Porta
    Parece que uno de los escollos fundamentales en el tratamiento del tema de la existencia de la divinidad y por tanto de la definición aceptable de la divinidad, es el de poder determinar cuál sea o haya sido la actividad de Dios en la Historia, desde la situación de quien siente la necesidad de su existencia. Si la Naturaleza es eterna como proponen algunos, pues nada, no hay necesidad de un primer momento. La mitología modernamente en gestación del reciclaje industrial como factor del rejuvenecimiento y prolongación de la sanidad ambiental pudiera ser una expresión de esa intuición de la eternidad de la naturaleza en continuo cambio o movimiento.

    Lo problemático de la hipótesis etiológica conocida como Teoría del Big Bang acerca del momento “puntual” del origen del universo o “multiverso” que nos parece conocer, es precisamente que dependa  de la posibilidad de su ocurrencia y de las condiciones que la hicieron posible e inevitable pero que la precedieron en el tiempo.

    Es decir que tiene que presuponer de una especie de precedencia, como la “arcilla” en los relatos genesíacos, y en este caso de algo capaz de estallar y de ponerse en movimiento progresivamente autónomo, con un mínimo de fidelidad a su propósito último como si se tratara de una especie de diseño, en el cual el caos o lo aleatorio (contrario a lo causal) fuera un elemento necesario como cualquier otro (energía versus masa; polaridad de atracción y rechazo; posibilidad e imposibilidad que mantiene la consistencia como una especie de carta de navegación descubierta sobre la marcha pero entonces obviamente desconocida pero existente como posible y necesaria).

    Continuar proponiendo hipótesis de cómo, cuándo, para qué, con quién, no se diferencia en nada de los relatos etiológicos bíblicos o de los caldeos, o los egipcios, o las leyendas mesoamericanas, etc., o las riquísimas mitologías etiológicas africana o asiática, australiana, etc.

    Cualquier hipótesis de la necesidad o evidencia de un “diseño” es solo eso, otra hipótesis que solo puede ser propuesto a posteriori y por lo tanto fundamentalmente distorsionado porque tiene que dogmatizar, es decir, pretender que una tal explicación etiológica, la que sea, es infalible en grado suficiente y necesario. No lejos tampoco, al parecer, del famoso “cogito ergo sum” (pienso, por lo tanto existo) que nunca aclaró como podía estar seguro de que pensase y sobre todo de que fuese imposible pensarse (yo añado sentirse) a sí mismo sin ser. Para un filósofo pudiera ser imposible “no ser” y pensarse o sentirse pero no hay modo de demostrarlo sin tener que circunscribirse a lo metafísico y disponer de bastante tiempo para poder perderlo.

    Como en el caso de toda otra explicación circular [utilizando la metáfora del mitológico Uroboro (o Uroborus), la serpiente que muerde su cola], la necesidad es articulada después de sentida y por tanto la necesidad no puede explicar satisfactoriamente a aquello que la satisface, ni esto último demostrar la necesidad de sentir una tal necesidad.
    En efecto la necesidad de “descubrir” como es la divinidad la presupone necesariamente y muy posiblemente fuera mera proyección de la humana impotencia o ignorancia (modernamente se propone que es la ignorancia la que promueve el adelanto de la investigación científica y del conocimiento). En ese caso la divinidad fuera la causa y el propósito del “resto”, de aquello que escapa a la comprensión humana y que la humanidad no cree que pueda llegar a controlar aunque de hecho nunca renunció a controlar a sus divinidades por medio de ofrendas, promesas, sacrificios que solo engendraron (parece que la comercialidad sea tan humana como el hablar) opresión política y emocional de parte de los mediadores auto declarados legítimos entre la humanidad y  sus divinidades. 
    Afirmar que Jesús sea Dios no parece sino otro caso de dogmatismo. Fuera diferente hipotetizar confiando intencional y voluntariamente (pero sin expectativa de evidencias objetivas) en que efectivamente su condición divina no sea imposible, un tanto o mucho en la línea del texto anónimo de Hebreos (11, 27) sobre el que Jacques Loew ya en su época elaboró una meditación extraordinarias (Cf. Comme s’il voyait l’invisible, Paris, Cerf, 1964) o, también, en el texto de la meditación atribuida a Pablo de Romanos 4, 18-21, sobre la irracional esperanza paterna de Abraham “contra toda esperanza”.
  • Carlos
    La verdad es que Spong no me gusta. Creo que en parte descubre mediterráneos y en parte repite cosas que ya dijo Robinson en su “Honesto para con Dios”.
    Pero en este tema de quién es Dios me sorprende que no diga lo obvio, que Dios es Jesús y a partir de ahí saque consecuencias. Digo lo obvio para un cristiano, puessupongo que un obispo anglicano se considerará como tal.
  • George R Porta
    Leo esta afirmación atribuida a Ratzinger/Benedicto xvi: “No podemos pensar a Dios. No podemos en manera alguna encajar a Dios en ninguna categoría ni clasificación. “Dios se escapa siempre al pensar”, decía el Padre Benedicto en su etapa de profesor. “Hablar de Dios, tanto sea para afirmar o negar su existencia, es “convertirlo” en criatura y por tanto destruirlo”. (Joseph Ratzinger.-Introducción al cristianismo. Tubingen 1967)”
    Me pregunto  ?no es esa afirmación precisamente expresion de su pensar a Dios? Ratzinger afirma una tal imposibilidad sobre la premise del dogma de la existencia incuestionable de Dios. Precisamente el problema radica en esa certeza que es un pensar a Dios a la cual se le atribuye la necesidad de certidumbre incuestionable, lo cual solo puede ser una hipótesis y no pudiera ser demostrada con el mismo grado de certidumbre que la conclusión que Ratzinger deduce de ella.
  • Pascual
    Puesto que  este post va de lecturas,  presento las que subrayé en el libro “El silencio del Buddha”, de Raimundo Pánikkar(1918-2010), Ediciones Siruela, 1996. 
    Dice Raimon Pánikkar que “el problema sobre Dios, el Misteriola Nada es una preocupación universal”. Y añade: Dios, el Misterio o la Nada son la misma cuestión, que afecta al hombre que se pregunta… y le sugiere repensar el método.” 
    Dice: “El concepto “Dios” tiene grietas. Y para colmo “ninguna cultura, ninguna religión puede resolver por sí sola el problema. De ahí la necesidad de una colaboración entre todas las tradiciones de la humanidad para enfocar el problema”.
    “Voces nos vienen diciendo desde hace ya tiempo  que, en rigor, no se puede hablar de Dios”. “El budismo afirma que la última realidad es inefable, inexpresable e incomunicable. El Buddha dijo que toda palabra es ociosa cuando trata sobre el último misterio”.
    Pánikkar lucubra así: “Dios” es algo esparcido en lo cósmico, y, “al esparcirse”, “al evaporarse”, se condensó en alguna parte; y fue en el interior del hombre, donde cristalizó “Dios”; más no como un ser distinto que ha venido a refugiarse en nuestro interior, sino como algo que en rigor nos es constitutivo”. 
    En el capítulo 17  de “Los Hechos”  Pablo dice en el areópago de Atenas que Dios “no se encuentra lejos de cada uno de nosotros” (coincide con Marcos en I-15) y sigue, “pues en Él vivimos, nos movemos y existimos, porque somos de su linaje.” 
    “En realidad, dice Pánikkar, el Hombre y Dios están entrelazados, fundidos, en una reciprocidad, como ingredientes de una misma entidad, o como entidad con diferentes nombres”. 
    O sea, se mire como se mire: Dios es…
     Podríamos decir que la Divinidad tiene algo que ver con aquella chispa, que hace que cada ser sea lo que es”. Pánikkar en la pág. 242. Mas “la realidad divina no puede estar ahí dentro para fagocitar a los seres, sino para potenciarlos desde dentro”, dice Teilhard de Chardin en “Como yo creo”, pág. 176. Taurus 1970. Así que “Dios ni existe ni no existe”, sino que hay que buscarlo… en el mismo corazón de lo humano”
    Ángel Wagenstein en “El pentateuco de Isaac” Libros del Asteroide, 2010, página 137, dice: “Buscad en vuestro corazón, y si lo encontráis, dejad que éste se convierta en vuestra sinagoga, en vuestro templo, en vuestro sagrario, en vuestras Tablas de la Ley.  Este es el único Dios”. 
    Pablo advierte en la primera carta a los de Corinto 2.-7. “Dios, lo mires como lo mires, es un misterio. 9. el misterio profundo en el corazón del hombre. 14. Y sólo puede ser comprendido en el silencio”. “Hay que entrar, por lo tanto, en el silencio de nuestro ser, acallar  todos los sonidos internos y  sumergirse en la sima de uno mismo”.
    “En rigor hay que abandonar la pretensión de inteligibilidad  del concepto “Dios”.
    “En el Cristianismo se dice que “el Hijo del Hombre es la ruptura del silencio del Padre”. Con esta perspectiva, la persona humana no es más que un tono, un sonido particular, un destello de Dios en el tiempo”. 
    No podemos pensar a Dios. No podemos en manera alguna encajar a Dios en ninguna categoría ni clasificación. “Dios se escapa siempre al pensar”decía el Padre Benedicto en su etapa de profesor. “Hablar de Dios, tanto sea para afirmar o negar su existencia, es “convertirlo” en criatura y por tanto destruirlo”. (Joseph Ratzinger.-Introducción al cristianismo. Tubingen 1967)
  • George R Porta
    Me parece también extraordinario hablar de quienes experiencian lo místico en singular. No hay ninguna evidencia de que lo considerado místico se salga de lo psicológico porque la noción de espíritu, alma, etc., es filosófica y por lo tanto mera imaginación. 
    Y el amigo Spong no puede evitar él mismo ser teista al final cuando concluye “cómo es su dios” que solo logra contradecir todo lo que haya sido afirmado en la tradición dogmática de Dios pero lo hace en presente de indicativo, lo afirma y solo logra establecer otra dogma, igualmente herético que todos los dogmatismos anteriores al respecto. 
    El problema fundamental que se plantea la humanidad parece ser multifacético o multidimensional: El Origen de la realidad, la necesidad y propósito del mal, la forma del destino tras de la muerte.
    Tal y como saber con certidumbre si un avión que se está a punto de abordar llegará debidamente a su destino, incluso si se sabe que esa misma Aventura haya sido exitosa multiples veces, solo se puede saber con la suficiente y satisfactoria certeza, cuando el/la viajero/a descienda del avión al llegar a su destino y compruebe que en efecto llegó adonde esperaba llegar. Todsa otra suposición será imaginaria mientras tanto. 
  • George R Porta
    Leo esta afirmación y me impresiona como una obvia contradicción quizás no intencional o inconsciente:
    “Tanto los creyentes como los no creyentes piensan que Dios es un Ser Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, que domina el universo, Juez Supremo de las personas, premiador de los buenos y que castiga a los transgresores de sus mandatos, que habita en el cielo y que promete a sus seguidores la salvación eterna en los cielos. El ser humano proyecta sobre Dios aquello de lo que adolece y las cualidades que desearía poseer: omnipotencia, dominio sobre el mundo, las personas y los seres del universo, habitar en un lugar fascinante y vivir eternamente, Es una imagen antropomórfica de Dios.”
    Los no creyentes no antropomorfizaran a la divinidad por no creer en ella.
    Los creyentes, si intentaran otras imágenes de Dios, no tuvieran más remedio que dividei la imagen del Dios del monoteismo en multiples porciones. La divinidad solo puede ser una o multiple pero viniendo de la imaginación humana es posiblemente más congruente que sea multiple, si no groseramente, al menos sutilmente.
    Spong no puede dejar de pensar como lo que es, es decir como cérigo. Y resulta paradójico que pretenda que puede describer a Dios o las posibilidades de conocerle de un modo u otro, sin hacerlo precisamente de una premise dogmática, es decir teista. Los budistas no niegan la existencia de Dios, solo no lo mencionan y eso es más prudente y posiblemente veraz, desde mi punto de vista. Si se les pregunta niegan admitir el Dios Cristiano o del monoteismo o el politeismo o cualquier forma de teismo. Eso no debiera situarlos en el otro extreme del espectro creyente-nocreyente, sino solo en la zona neutral del mismo. Les parece inútil penetrar el misterio y hasta niegan lo misterioso de la “iluminación”, la cual consideran un insuperable estado de vida, la vida en su máxima expresión, y por lo mismo inimaginable.
  • José Vidal
    Me parece una aportación de Jesús muy interesante, a la que estaría prácticamente de acuerdo, pero quiero añadir unos matices:
    Desde que el ser humano existe ha habido una evolución en el concepto de Dios, se era consciente de la existencia de un Ser transcendente pero su interpretación iba evolucionando a través de los tiempos, y de lo que estoy seguro de que todos nuestros conceptos sobre Dios  por muy vanguardistas que nos parezcan serán absorbidos por otros en el futuro en una espiral del pensamiento sin fin.
    Si llegásemos al concepto de Dios definitivo, resultaría que ese Dios no existe, porque de lo que yo estoy seguro es que Dios no tiene limites y entonces estaríamos limitando a Dios.
    Yo parto de que el ser humano es un producto de la vida y que esta es una emanación de Dios. La vida tiene unos limites que se condensan en el espacio-tiempo, lo que me dice que Dios tiene que estar por encima de los limites de la vida y por lo tanto los limites del ser humano.
    Todo esto me da como conclusión que para definir a Dios la forma mas correcta es decir de que Dios es el ser que esta por encima del espacio-tiempo.
    Saluidos
  • mª pilar
    Esto que nos dice J.Sh. Spong:

    Es mi sentir, intuir, escuchar… en lo más profundo de mi ser.

    mª pilar
  • Gonzalo Haya
    Nuestros conceptos están extraídos de nuestras experiencias; y la única experiencia directa de Dios sería la mística, pero esta experiencia es indecible. Tenemos que contentarnos con imágenes o conceptos parciales, pero conscientes de que son parciales, sin pretender sacar de ellos una ristra de consecuencias lógicas; y esto incluye al teísmo y al no-dualismo. Estas imágenes serán positivas en la medida en que nos acerquen a ese Misterio, Amor o Plenitud; y la garantía de este acercamiento será la medida en que nos acerque también, en amor y solidaridad, a todos los hombres y a la madre tierra.
  • Juanel
    En mi opinión yo no me preocuparía de buscar una imagen apropiada para Dios, ya sea personal o impersonal. Bueno, ya lo dice el segundo mandamiento de la Ley mosaica, no hacer imágenes de Dios. En este tema de buscar imágenes sobre Dios yo lo dejaría como Misterio Trascendente, sea lo que sea que sugiriese este término, sin añadirle nada más, ni cualidades ni atributos, tales como fuente de vida, de amor, del ser, etc. 
    De todo cuanto dice aquí Jesús Gil en su comentario a la obra del obispo Spong, solo me quedaría con una cosa, “Dios llama a la plenitud de vida” entendida como Plenitud Humana, como el Reino de Dios anunciado y promovido por Jesús de Nazaret. Pero incluso para mí esta llamada no nos dice nada sobre Dios, puesto que entiendo que la llamada no parte directamente de Dios, sino desde la propia Plenitud Humana que ejerce su fuerza como centro atractor para toda la humanidad sin exclusiones. Es en la Plenitud en donde se encuentra la fuente de la vida, del amor, del ser, de la justicia, de la bondad,….. El papel de Dios se reduce a la acogida de la Plenitud culminada en su seno.

    Vista desde la perspectiva humana la Plenitud representa la meta, el objetivo final del ser humano individual y del conjunto de la humanidad de todo lugar y tiempo, pues en ella se habrá vencido todo mal, todo sufrimiento y muerte. Puede que la Plenitud en realidad no lograra alcanzarse y mis esperanzas truncadas, puesto que entonces el final sería la muerte, la destrucción de todo cuanto se ha hecho y la extinción de nuestra especie. En este caso mi fe habría sido falsa puesto que en realidad Dios no existiría. Pero si en verdad Dios existe entonces acogerá la Plenitud en su seno, lo que significa que ha sido generada, sostenida y culminada por él, su obra creadora, de un modo que no puedo determinar ni saber, al menos por ahora, antes de llegar todos juntos sin faltar nadie a su seno. En mi oipinión, de Dios no hay imagen posible, queda oculto en el profundo Misterio.
    Saludos cordiales

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