martes, 2 de agosto de 2016

EL BLOQUEO CONSENTIDO

TRIBUNA INVITADA

por Marcia Rivera
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El bloqueo consentido

M i generaci贸n creci贸 con el bloqueo comercial de los Estados Unidos de Am茅rica hacia Cuba. Hoy, todos los pa铆ses del mundo, excepto Israel y quien ha impuesto el bloqueo, reclaman que 茅ste se levante para dar paso a otra era de relaciones entre los dos pa铆ses. Hay esperanzas de que ello ocurra.
Pero donde no parece haber movimiento ni perspectivas de cambio es con el otro bloqueo caribe帽o; con el bloqueo que se impuso a Puerto Rico desde 1898. Ese s铆 que ha tenido consecuencias devastadoras. Mucho m谩s que un bloqueo comercial, ese nos circund贸 la capacidad de desarrollar habilidades y talentos para ser aut贸nomos y autosuficientes, como suelen ser las personas adultas y los pa铆ses. Nos bloque贸 la posibilidad de conocer, de analizar, y de tener nuestra propia historia porque nos oblig贸 a internalizar un relato generado desde el poder dominante. Nos aisl贸 de nuestros vecinos caribe帽os y latinoamericanos, prohibiendo nuestra participaci贸n en los 谩mbitos de discusi贸n y de accionar conjunto sobre preocupaciones comunes. Nos incomunic贸 con el resto del mundo, encerr谩ndonos en la jaula territorial, de la cual nadie sale sin su permiso. Nos rode贸 y tent贸 con medios y cultura chatarra; con f贸rmulas banales que embrutecen la raz贸n y el esp铆ritu. Nos alej贸 de la posibilidad de elaborar utop铆as, acuerdos y proyectos compartidos porque nos dividi贸 tribalmente, apostando a que pasar铆amos la vida disput谩ndonos una fracci贸n del poder corrupto y sin sentido que nos pusieron como carnada.
Ese bloqueo tambi茅n impidi贸 que pudi茅ramos alimentarnos de nuestro propio suelo, que dise帽谩ramos ciudades en armon铆a con la topograf铆a y las bellezas naturales que nos rodean; que tuvi茅ramos sistemas de transporte adecuados a nuestras necesidades y realidades. El bloqueo se enriqueci贸 imponi茅ndonos su comida residual, sus autom贸viles, sus dise帽os de casas y los onerosos patrones de consumo que hoy nos asfixian.
El nuestro ha sido tambi茅n un bloqueo persecutorio de quienes han intentado confrontarlo. Carpetados, perseguidos, limitados en nuestras oportunidades de servir al pa铆s, somos muchos quienes hemos debido emigrar en alg煤n momento de nuestras vidas para poder tener un espacio id贸neo para desplegar plenamente las capacidades intelectuales y profesionales que tenemos. Podr铆a argumentarse que ello es un s铆mbolo de orgullo patrio, pero la realidad esconde dolores y heridas profundas en vidas marcadas por el prejuicio y la intolerancia que gener贸 el bloqueo a la libertad de pensamiento y expresi贸n.
El bloqueo a Puerto Rico soborn贸 las mentes y los corazones de cientos de miles puertorrique帽os, seguramente buenos, pero sin duda, demasiado ingenuos. Ha sido un bloqueo mentiroso, que aduciendo ser una mano de ayuda en tiempos de necesidad, someti贸 al servilismo, a la impotencia y a la intermediaci贸n a buena parte de la poblaci贸n, encaden谩ndola a una dependencia indigna y desmoralizante. Un bloqueo tambi茅n rapi帽oso, que defiende el derecho a la usurpaci贸n, la especulaci贸n financiera y la voracidad de buitres que devoraron ahorros y esfuerzos de muchos a帽os y de mucha gente. Un bloqueo cruel, que nos somete a la inseguridad que generan las mafias del narcotr谩fico y de los negocios de il铆citos que sostienen la sociedad estadounidense. Un bloqueo despiadado, que mira hacia otro lado, habiendo constatado el sufrimiento cada vez mayor de una vida sin horizontes para la poblaci贸n puertorrique帽a.
¿Por qu茅 se sostiene este bloqueo centenario? ¿Qu茅 venda densa se deposit贸 sobre los ojos de nuestra poblaci贸n que impide superarlo? Buscando en los recovecos de mi mente concluyo que el nuestro ha sido un bloqueo consentido, un bloqueo que fue naturaliz谩ndose con el pasar del tiempo y con el acomodo progresivo de sectores intermediarios del poder dominante. Es momento de ruptura; de quebrar la ignominia y de liberar nuestra capacidad de ser, de hacer, de construir un nuevo Puerto Rico. Tenemos una extraordinaria base de talento, voluntad y capacidades para ello; precisamos juntarlas y poner el proceso en marcha. ¡Basta ya de bloqueo!

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